¿Han pensado en los empresarios que tuvieron éxito? ¿Qué hicieron? ¿Qué estrategias siguieron?
Ellos se especializaron en crear valor para otros, entendieron que ayudar a cumplir expectativas, a alcanzar las metas y sueños de las personas genera rentabilidad. A nuestro alrededor apreciamos ejemplos que ilustran los caminos que siguieron.
Primero, entraron decididamente a mercados no atendidos, fueron pioneros en dar respuestas tangibles a necesidades específicas que tenían las personas y que nadie había satisfecho. Hace pocos años no había ninguna opción para desayunar muy temprano en Guayaquil, no había cafés para juntarnos y reunirnos; hoy son cadenas prósperas. El deporte y la salud no eran valorados; hoy tenemos entrenadores, deportólogos, coachs, asesores, entre otros. Hemos visto cómo la decoración y la iluminación respondieron a la necesidad de hogares funcionales y bellos, cómo han surgido con fuerza los alimentos y medicinas para las mascotas, por citar unos pocos ejemplos. A esto, los estrategas lo llaman ‘crear océanos azules’.
Segundo, apostaron por ofrecer algo único a los usuarios o clientes finales, algo distinto, que rompió con lo tradicional. Hay cadenas que recrearon la experiencia de comer el cangrejo y el cebiche; gasolineras que dejaron de serlo para convertirse en minicentros comerciales al paso, cines que son cuasi restaurantes donde vamos a ver una película; constructores y promotores inmobiliarios que propusieron nuevos sistemas de ejecución, entre otros. La tecnología posibilitó ofrecer innovadores productos y servicios, desde las activaciones neuronales a los chatbots que te dan información. A esta forma de ser únicos al crear valor creando nuevos modelos de negocios, los estrategas lo llaman ‘disrupción’.
Tercero, integraron recursos, productos y expertices distintas para crear sinergias y ofrecer un nuevo valor a través de plataformas web, redes sociales o simplemente conectando diferentes actores. Hoy observamos la oferta de bienes y servicios a domicilio. Hemos visto cómo utilizando este camino han emergido exponencialmente negocios en múltiples sectores: educación, automotriz, movilidad, comida, snacks, muebles, acabados, dispositivos tecnológicos, entre muchos otros. Los estrategas lo llaman ‘orquestar para crear valor’.
Cuarto, generaron un movimiento en torno a una causa valiosa y un liderazgo que inspira y que conecta con los valores de los clientes. Estamos llenos de problemas u oportunidades según como se lo vea: la contaminación, la seguridad, la pobreza; entre otros. Un ejemplo es la promoción del evento más importante de Latinoamérica por un planeta sostenible que se da en Guayaquil, y en los últimos años se han creado sistemas que recogen y dan un destino final a las llantas, envases y lubricantes. Otro fantástico ejemplo fue una empresa que dignificó la profesión de guardia. Los estrategas lo llaman crear un ‘propósito de transformación masiva’.
Los empresarios exitosos son verdaderos ‘profesionales’ en la creación de valor para la sociedad. Más allá de las circunstancias, ellos fundamentan el éxito en identificar un camino y quererlo seguir. ¡Hoy son más necesarios que nunca! (O)