¿Qué tienen en común Google, el cinturón de seguridad vehicular y el GPS? Muchos contestarán que han sido grandes contribuciones a la humanidad, que transformaron la vida. Lo que muy pocos conocen es que fueron el resultado de una investigación doctoral.
Los doctorados son el último y más importante nivel académico que confiere una universidad tras realizar y defender públicamente una tesis doctoral. El título de Doctor viene de la palabra latina del mismo nombre y significado, que deriva del verbo ‘docere’ es decir, enseñar. Se ha empleado durante más de mil años como título académico originado en las universidades europeas. En los países de habla inglesa se emplea el término Ph. D. (abreviación de Doctor of Philosophy). El término ‘filosofía’ recoge el sentido griego de ‘amor por la sabiduría’.
El Ph. D. está más enfocado a crear nueva teoría a partir de estado del arte de la teoría actual. Mientras que los doctorados en administración están orientados a crear conocimiento desde la ciencia con rigurosidad académica y metodológica; pero, con aplicación práctica, esto es enfocado al mundo de los negocios y considerando a la empresa el laboratorio. La tesis de un doctorado en administración busca dar respuesta o solución a interrogantes y problemas que aún no las tienen, crear soluciones eficaces que mejoren la capacidad productiva, la productividad, la rentabilidad y la competitividad de los sectores; y, a gestar nuevos y exponenciales negocios.
Como lo sostienen algunos autores, la administración es una disciplina social altamente interdisciplinaria que contienen una importante fundamentación en la psicología, la sociología y otras ciencias duras como las matemáticas y la economía. La ciencia aplicada a la administración construye entonces las bases de nueva economía, juntando la visión y la mentalidad empresarial con la robustez y rigurosidad del conocimiento científico.
¿Vale la pena hacer un doctorado? Por supuesto que sí, quienes han realizado un doctorado pueden dar fe de que es un fascinante viaje de aprendizaje de la epistemología, la estadística, la filosofía y el campo de especialidad, pero sobre todo un viaje de descubrimiento del compromiso de la familia; de la solidaridad de amigos y expertos, y de las propias competencias y valores, un encuentro con la persistencia, tenacidad y la resiliencia. Un doctorado es una experiencia de vida reveladora con gran impacto para quien lo hace y la sociedad. Sin embargo, de estos beneficios, según el Consejo de Educación Superior se ofrecen trece doctorados en el país y tan solo una universidad privada ofrece un doctorado en administración. Es vital ampliar la oferta en este campo para que los profesionales puedan tener la posibilidad de acceder localmente a este título y podamos tener más doctores, para ponernos al nivel de nuestros vecinos Colombia y Perú que tienen doctorados desde hace algunos años. Y sobre todo porque los doctorados en administración elevan la vara de los negocios, promueven la innovación y dan respuesta a las demandas ambientales y sociales. En ellos es donde más adquiere significado la frase de Francis Bacon “El conocimiento es poder”. (O)