Ahora que entramos al último trimestre del año deberíamos cuestionarnos si organizar reuniones para elaborar un plan, decidir cómo vamos a alcanzar nuestras metas o balancear nuestros presupuestos en el 2020 ¿es realmente hacer una estrategia?
Tener un conjunto de problemas urgentes por resolver, un listado de cosas por hacer no es estrategia; hemos caído en la trampa de llamarle estratégico a todo.
Mejorar el presente es necesario, hacer “ajustes económicos” es a veces imprescindible, pero inventar el futuro lo es más; y ahí es donde radica el mayor potencial de la estrategia.
En un mundo exponencial, hacer estrategia no es ver por el retrovisor, es mirar por el parabrisas con largavistas. Hacer estrategia es traer el futuro al presente, es mirar al 2022, al 2025, al 2030 y visualizar el país, la empresa, la organización del futuro que aspiramos y traerla al hoy, compararla con nuestra realidad actual y ahí sí decidir qué vamos a hacer para cerrar esas brechas.
Hacer la estrategia nos lleva a hacer una verdadera transformación, es crear puntos de inflexión en la vida de nuestro país, de nuestros sectores productivos, nuestras empresas y en nuestras propias vidas. La estrategia y la innovación se han vuelto conceptos inseparables.
Mario Morales, gurú de estrategia e innovación, propone muy acertadamente que la esencia de hacer la estrategia es preguntarnos: ¿Cuál es el gran propósito que nos inspira?, ¿Para qué futuro debemos prepararnos?, ¿Cuáles son las opciones que tenemos?, ¿Por qué sí? y ¿Por qué no?, ¿Qué cambios tenemos que implementar? ¿Qué capacidades debemos crear? Preguntas que nos deben ir acompañando durante todo el año para ir manteniendo el rumbo frente a los continuos cambios del entorno.
La estrategia es, sobre todo, las libres escogencias y renuncias que de verdad estamos dispuestos a hacer.
El cuestionamiento es el mayor catalizador creativo de la estrategia. Por ello, es altamente probable que la madurez y la capacidad para progresar de un país, un sector productivo, una empresa, una organización en general, estén dadas por el tipo de preguntas en las que se centra; y por la profundidad, honestidad y sinceridad con la que sus líderes y sus integrantes están dispuestos a contestarlas.
De cara a nuestro país, algunas de las medidas que recientemente el Gobierno está tomando han sido reconocidas por diversos sectores y analistas como valientes y positivas para resolver el problema fiscal y mejorar la competitividad. Es indudable que existen muchos problemas estructurales del país que no han sido abordados en estas medidas y que no pueden ser soslayados en el futuro. Sin embargo, las reflexiones que surgen son si estamos dispuestos a apoyar medidas como las que se están tomando; y, más aún, si queremos dar pasos hacia adelante y hacer una estrategia en pos de un sueño que nos alinee a todos.