Una de las enfermedades modernas que afecta a las sociedades y en particular a muchos de sus líderes es la “parálisis paradigmática”. Los seres humanos hallamos seguridad en creencias, formas de pensar, estereotipos a los que nos aferramos, aunque estos no sean ciertos, aunque no funcionen. Los paradigmas (del griego patrón o modelo) son la base para entender el mundo, tomar decisiones y resolver los problemas de todo tipo. La parálisis surge cuando los paradigmas se vuelven verdades incuestionables ante la razón y el sentido común, y las formas de pensar se quedan congeladas en el tiempo y en el espacio.
La diferencia entre quien cambia y quien no lo hace son sus paradigmas. Algunos sectores empresariales productivos son ejemplos de nuevos paradigmas.
La reciente edición de Premios Latinoamérica Verde realizada en Guayaquil mostró hacia dónde va el mundo en cuanto a los nuevos paradigmas de hacer negocios: los residuos no son tal, son fuente de obtención de materias primas para los mismos o nuevos productos; no se deben hacer productos para tener obsolescencia programada sino para durar lo más posible; somos responsables de lo que producimos desde la cuna hasta la tumba, los botaderos de basura son las nuevas minas del futuro, las nuevas ventajas competitivas pasan por la economía circular, entre otros.
Lo más fantástico fue la acogida que tuvo el evento, recibió este año 2.400 proyectos inscritos de más de 600 ciudades y 35 países de América, fue fantástico ver a líderes y empresarios inspirados, adoptando y viviendo nuevos paradigmas y ver a un municipio muy activo promoviéndolos.
El sector acuícola es otro ejemplo de evolución paradigmática. Seremos los primeros en el mundo en exportar camarón incorporando la tecnología blockchain. Actualmente, más de 10.000 hectáreas de camarón en el país ya tienen el estándar de calidad Sustainable Shrimp Partnership (SSP) y en los próximos meses el producto contará con un código especial de trazabilidad gracias a la tecnología blockchain de IBM. El sector camaronero, liderado por la Cámara Nacional de Acuacultura, ha adoptado nuevos paradigmas: el blockchain como estrategia para crecer, la confianza y seguridad como ventaja competitiva, el trabajo colaborativo de todos los actores de la cadena de valor, el uso de datos reales y la visibilidad de todo lo que se hace, la producción con impacto neutral al entorno, entre otros.
Un ejemplo de la otra cara de la moneda proviene del nuevo reglamento de alojamiento en inmuebles para uso turístico en Ecuador dispuesto por el Ministerio de Turismo, marco normativo que propone sustancialmente licencias, registros únicos, impuestos y permisos, entre otros paradigmas restrictivos para “garantizar” la eficiencia y seguridad de los actores de la actividad, paradigmas que limitan la actividad y los negocios de alquileres de corta duración, paradigmas que no entienden lo vertiginoso, flexible, demandante y globalizado que es el mundo competitivo de hoy.
Parece ser que hay dos países en un mismo Ecuador, el que evoluciona adoptando nuevos paradigmas, buscando nuevas formas de desarrollo y crecimiento y el que involuciona agarrado de viejos paradigmas; sumemos para que el primero gane la partida, para bien de todos.