La transformación digital es la reinvención de las organizaciones a través de la incorporación de las tecnologías digitales. Hoy es prácticamente imposible definir el rumbo de los países y las empresas sin pensar en las nuevas tecnologías que procesan datos y en las plataformas colaborativas de internet que simplifican el intercambio de información entre usuarios y proveedores.
Las tecnologías digitales, el “big data”, el “cloud computing”, el internet de las cosas, la inteligencia artificial, el “blockchain” y las plataformas colaborativas de internet tienen un poder espectacular para escalar el número de clientes, crear nuevos negocios, entregar experiencias únicas de servicio, así como reducir substancialmente los costos de transacción.
En los últimos años han surgido empresas nuevas, como Contífico, Super Easy, Glovo, Uber Eats, entre otras. Los bancos que lideran estos procesos de transformación digital se han reinventado de la agencia bancaria física a la “banca digital” mediante la utilización de aplicaciones móviles (apps) y canales digitales para brindar información y servicios financieros, tales como aperturas de cuentas corrientes y otorgamiento de créditos, desde un “smartphone”.
En idéntico sentido, el ámbito público ofrece servicios digitales, tales como el sistema virtual ‘Nia’ (Natural Interface Agent) de entrega de información ciudadana y turística. Otro ejemplo es la plataforma de adquisición de boletos electrónicos de la Terminal Terrestre de Guayaquil www.laterminal.ec y algunos portales gubernamentales en la web. Esperamos que muy pronto iniciemos la transformación digital en todos los servicios públicos, para la obtención de cédula de identidad, pasaporte, licencia de conducir, y tantos otros procesos que ocasionan pérdida de tiempo e innecesario gasto público.
La transformación digital genera externalidades tan positivas para la eficiencia y la institucionalidad pública, que ha sido adoptada por muchos países como política de Estado. Según el Fondo Monetario, el Ecuador para ser competitivo internacionalmente tiene que bajar sus costos internos en 31%, y la transformación digital supera de largo en ahorros esta cifra.
La estrategia de transformación digital de empresas privadas y de instituciones públicas es un cambio integral, debería considerar una propuesta de valor única y diferenciada, un nuevo modelo de negocio o servicio, la creación de competencias organizacionales, la incorporación de tecnologías digitales alineadas a las nuevas necesidades de los clientes y de los ciudadanos. También es indispensable la mejora radical de los procesos y la simplificación de los trámites.
Un estudio realizado por MIT Sloan Management Review y Deloitte University Press entre 129 países, 27 sectores y 4.800 ejecutivos mostró que el motor de este profundo cambio tecnológico es la estrategia y el liderazgo. El primer paso en el Ecuador sería que los líderes empresariales y los gobernantes estén convencidos de que para generar riqueza es inevitable adoptar las tecnologías digitales y tener una estrategia clara, poniendo en práctica la afirmación de Seth Godin: “El cambio es incesante e implacable; por tanto, la mejor estrategia es aceptarlo y evolucionar”.